LA SUCESIÓN DE EMPRESAS EN BREVES LÍNEAS
Cuándo podemos hablar de “sucesión de empresas”?:
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La empresa se ha vendido a un nuevo propietario y
el antiguo jefe ha despedido a todos los trabajadores por causas objetivas de
índole económica.
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Un empresario autónomo llega a su edad de
jubilación y finiquita a toda su plantilla, pero la empresa es vendida a un
nuevo empresario que contrata a los mismos trabajadores con antigüedad 0.
-
Una sociedad limitada que tiene contratados a
varios trabajadores es liquidada y estos trabajadores son contratados por otra
sociedad limitada diferente (pero con los mismos socios que la anterior) para
realizar el mismo trabajo que venían haciendo hasta ahora, pero sin respetar
las condiciones laborales anteriores.
Estos son sólo algunos ejemplos, porque la casuística y la picaresca no
tienen límites, de sucesión de empresas. Como se puede observar lo más
importante no es el cambio de los titulares de la empresa, sino la continuidad
en la actividad económica.
Pero este no es un fenómeno nuevo, ya se encuentra recogido en el Estatuto
de los Trabajadores desde hace años. El artículo
44.2 del Estatuto de los Trabajadores dice
que se considerará que existe sucesión
de empresa cuando la transmisión afecte a una entidad económica que mantenga su
identidad, entendida como un conjunto de medios organizados a fin de llevar a
cabo una actividad económica, esencial o accesoria.
En otras palabras, si una empresa no cesa en su actividad, no deja de atender
a sus clientes, no detiene la producción o no cierra sus puertas durante el
cambio de titularidad, se considerará que existe una sucesión de empresas entre
la empresa original y la recién llegada.
Qué consecuencias tiene esta sucesión empresarial?, entre otras dos muy
importantes:
-
Los
trabajadores podrán demandar a ambas empresas en caso de despido o en caso de
que no se respeten sus condiciones laborales. El juez social decidirá quién de
ellos es el responsable, o incluso ambos de forma solidaria.
-
La Seguridad
Social y la Agencia Tributaria pueden abrir un expediente de derivación de
responsabilidad por las deudas de la empresa original y reclamárselas a la
empresa recién llegada.
Como se puede observar las consecuencias no son pequeñas y la importancia
de estos casos va cada día en aumento como consecuencia de la crisis económica.
Sin duda se trata de una vía de escape para ciertas empresas que no ven
otra forma de sobrevivir que mutarse en otra organización empresarial, que
parece diferente pero que en realidad es la misma.
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