lunes, 27 de enero de 2014

EL “FALSO AUTONOMO”, LA CRIATURA SOBRENATURAL


Hace pocos días un humorista de la radio decía: “el autónomo es como un superhéroe, porque nunca se pone enfermo y además es invisible para el Estado”.Pues hay que decir que existe una figura aun más invisible que el autónomo, el “Falso Autónomo”.

Su invisibilidad no deriva de ningún superpoder, es una consecuencia de su actividad casi clandestina en el seno de la empresa.

Su figura está envuelta en el mayor de los secretismos. Es odiado y envidiado a partes iguales por el trabajador por cuenta ajena de su propia empresa, ya que aparentemente gana más dinero por realizar el mismo trabajo.

Además la Administración mira hacia otro lado cuando presenta una declaración de IVA con  un único pagador, la empresa en la que trabaja.

Esta figura para algunos es un mito como “el Yeti” o “el Hombre del Saco”, sin embargo es muy real y está entre nosotros. Aunque a veces se camufle muy bien entre el resto de los trabajadores asalariados de una empresa.

Lo más grave de esta situación es que cuando el trabajador se convierte en “Falso Autónomo” cree que esta situación le puede favorecer, no olvidemos que sus ingresos brutos pueden ser muy elevados en un principio.
El problema llega cuando de esos ingresos brutos está obligado a pagar el IVA, o cuando tiene un accidente o una enfermedad y no le es posible trabajar.



Estos casos me recuerdan al “Drácula” de Bram Stocker, cuando los primeros efectos de ser un “no-muerto” son asombrosos:

                “El vampiro con quien nos las vemos posee él sólo la fuerza de veinte hombres y es más astuto que cualquier mortal, ya que su astucia ha ido en aumento a través de los siglos”.

Claro que más tarde el vampiro sufre otras consecuencias: rechazo de su entorno por ser diferente e incluso necesidades diferentes de las habituales en los seres humanos.

El “Falso Autónomo” no necesita sangre humana para vivir, pero necesita muchas facturas de gastos para después deducirse el IVA y poder sobrevivir.

Están entre nosotros, y no debemos marginarlos por ser diferentes. Nuestra obligación es sacar a la luz estos casos y que pasen a formar parte de la plantilla de la empresa.

Al principio será difícil, pero no podemos dejar que el “Falso Autónomo” sea el nuevo “freak” de la empresa moderna.

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